sábado, 8 diciembre 2012 11:40
Volume 3año 1967simplicidad clavenacimiento de Jesúsdepuraciónpreparativos para el Nuevo Paraísoqué es el wariningúltimos días de satanástormentasearthquekesel Libro de la Verdadtierrael Libro de DanielapostasíaGran Tribulacióndespués de la Advertenciala Segunda VenidaApocalipsisJesús confío en ticambios en los patrones climáticosEl amor de DiosLa estancia de Jesús en la TierraMi querida y amada hija, así como Mi Padre preparó al mundo para Mi Primera Venida, así también prepara ahora a Sus hijos para Mi Segunda Venida.
Todo el Cielo se regocijó cuando nací, porque sabían que Yo había sido enviado para salvar a la humanidad de la condenación eterna. Ahora la Jerarquía de todos los ángeles y todos los santos se regocijan porque ahora los preparativos están en marcha para preparar al mundo para darme la bienvenida a Mí, Jesucristo, el Hijo del Hombre una vez más.
Sólo Mi Padre conoce las fechas, pero puedo decirles que tendrá lugar no mucho después de que haya ocurrido La Advertencia.
Este es el momento que Mi Padre ha esperado pacientemente. Finalmente puede arrojar al abismo a la bestia y a sus demonios, que caminan por la tierra atormentando a Sus hijos.
La Advertencia purificará a los hijos de Dios en preparación para Mi Segunda Venida.
Es necesario porque significará que muchas personas buscarán ahora el perdón de sus pecados; que de otro modo no lo habrían hecho.
Los terremotos, las tormentas, las inundaciones y el clima intempestivo se combinarán para purgar la tierra del veneno. La tierra, el mar y el aire también se purificarán en preparación para el Nuevo Paraíso, cuando los Cielos y la Tierra se fundan en uno.
Todo está cuidadosamente organizado, según los Planes Divinos de Mi Padre. Muy poco se conoce entre los hombres de las Leyes Divinas, que gobiernan el Reino de Mi Padre en la tierra y en los Cielos.
Mucho se os ha enseñado, a través de los profetas y de Mis Enseñanzas. Sin embargo, mucho sigue siendo un misterio para vosotros. Cuando los misterios os sean revelados, con el tiempo, comprenderéis entonces la razón del sufrimiento humano.
Muchos de ustedes, eruditos de Dios, se adhieren, lo mejor que pueden, a las Leyes establecidas por Mí.
Sepan entonces que el Amor que Dios tiene por Sus hijos sobrepasa cualquier razonamiento teológico.
Lo mismo ocurre con el alma sencilla que siente un amor genuino, sin analizar por qué, por Mí su amado Jesús.
Confiando en Mí, y aceptando que Mi Amor es Misericordioso y Paciente, entonces sabed que Yo cumpliré las Promesas hechas por Mi Padre.
Que por fin se haga Su Divina Voluntad. Sólo Su Voluntad puede asegurar la paz entre Sus hijos. Esta será la manifestación para que toda Su Creación Le ame, acepte Su Amor y los Dones, que desea derramar sobre Sus hijos.
El mundo sólo ha vislumbrado una fracción de las maravillas creadas por Mi Padre.
Sus hijos todavía tienen que presenciar la Verdadera Gloria del Reino que Él tiene esperándoles.
Después de mucho dolor y sufrimiento, causados por el odio infligido a la tierra por los ángeles caídos, dirigidos por Satanás, todo se resolverá ahora.
En la batalla final se completará por fin la destrucción del mal.
La Advertencia es un Milagro, permitido por Mi Padre, para asegurar que el mayor número posible de Sus hijos puedan entrar en Mi Nuevo Reino.
Debido a la apostasía y a los errores doctrinales, difundidos por siervos sagrados equivocados, durante las últimas cuatro décadas, ésta es la única manera de unir rápidamente a la humanidad.
El tamaño de la población del mundo en este momento significa que miles de millones pueden ser salvados a través de este Milagro de la Iluminación de la Conciencia.
A medida que el tiempo avanza hacia la Gran Tribulación, Yo, el Cordero de Dios, revelaré al mundo el verdadero significado del contenido de los Sellos, dados a Juan.
El Libro de la Verdad es la Palabra de Dios, dada a la humanidad ya hasta ahora a través del Libro de Mi Padre. Recuerda a los hijos de Dios la Verdad, ya que muchos la han olvidado.
También revelará algunos de los misterios del final de los tiempos, tal como le fueron dados a Daniel, para que todos ustedes estén preparados para entrar en el Nuevo Paraíso por su propia voluntad.
No rechaces la Verdad, tal como te está siendo dada ahora, pues sería semejante a un enfermo que rechaza el tratamiento para una enfermedad. Sin la Verdad estarás mal preparado para entrar en Mi Nuevo Paraíso.
Tu Jesús